X e Y sobre la Fantasía a la Realidad.
Y: Otra masacre más, un psicópata adolescente mata a 18 niños en una escuela en los Estados Unidos, tantas veces sucede que ya vamos a creer que es normal que pasen cosas así.
X: Creo que ya lo tomamos con naturalidad sino cómo es que justamente estas personas lo hacen, algo te molesta y sales a la calle a disparar a los demás a diestra y siniestra, ni siquiera tienen alguna ideología. No hay pudor, no lo hacen por satisfacción como un asesino serial. Y muchos se suicidan al final, ocasionando dolor antes de morir, son suicidas violentos.
Y: Es que también generan ese tipo de violencia porque tienen los medios para hacerlo, antes yo leía que estos asesinos tenían conocimientos de explosivos o acceso a armas de fuego; ahora un adolescente puede portar un arma, vestirse como un soldado y acribillar a quien tenga al frente. En parte se ha perdido el respeto al arma misma, ni qué decir por la vida ajena.
X: Se puede acusar a los medios, a los video juegos, incluso al cómic, en fin, a todo aquello que la sociedad produce, sea desde el punto de vista social, del entretenimiento, informativo, comercial, etc. Son canales que los seres humanos usamos para expresarnos pues nos dan elementos necesarios para consolidar aquello que creemos importante para nosotros. La moda nos ordena como vestirnos, la televisión o la radio nos dice qué temas debemos considerar en una conversación, igual la música, el deporte, toda la publicidad está basada en crear esa necesidad de imagen o de gusto que el ser humano requiere para saber quién es. La crítica siempre estará en aquello que nos pretende uniformizar, haciéndonos creer que todo ello es particular.
Considero que toda esta crítica se fundamenta en evitar el consumismo pero olvidan que a veces consumimos lo malo pues existe una moda del mal, algo que grupos de desadaptados usan para expresar su resentimiento social. El error estará en creer que es un asunto moral; una persona convencida de su odio jamás creerá el argumento acerca de que los demás no merecen ser odiados porque quizás para ellos ese discurso es un asunto casi religioso. Si dichas explicaciones no pueden llegar a ellos, simplemente tendrán todo el camino abierto para canalizar su odio.
Y: Asumo que una alternativa sería cambiar esas modas del mal o en todo caso privarlas de aquello que las hacen atractivas…
X: Por supuesto, mira lo que pasó con las películas de gánster, al presentar un escenario casi romántico de la mafia, muchos adoptaron lo más sencillo de ella, que era la indumentaria. En Estados Unidos con la película El Padrino algunos pretendieron parecer más que ser. Eso crea una confusión pues si te dejas llevar por la apariencia no lograrás entender qué es lo que estás aparentando, para la mayoría de gente que se deja llevar por estas tendencias mediáticas ser es parecer, eres el disfraz que usas. No negaré que alguna vez me atrajo esa idea en que se resume los temas de la mafia; “mato a quien no piensa como yo o al que no quiere hacer lo que yo le diga”, en sí es atractiva cuando lo ves en el cine o lo lees en un libro por el poder absoluto edulcorado; no obstante, lo que me hizo cambiar de opinión drásticamente fue una fotografía en un libro de gánsters, una imagen en blanco y negro de la masacre de San Valentín, eran cuerpos tirados sobre sangre como si fueran reses sacrificadas, seres humanos en traje echados como costales. Ahí no hay romanticismo alguno, eran delincuentes muertos a causa de sus propios delitos. Es así que te percatas que lo creado por el parecer en realidad no tiene asidero, como aquella película de Clint Eastwood llamada Los Imperdonables, donde un joven delincuente quiere ser como una leyenda viva de un prontuariado vaquero pero al ver que para ser eso que imaginó debe matar niños y mujeres, se da cuenta que ha visto sólo una ilusión, una fabricación de un personaje en base a sus caprichos y al final desiste de serlo.
Es por eso que es necesario hacerles saber a todos aquellos justicieros lunáticos que lograr en la vida real sus delirios es más complicado de lo que parece. Este joven que mató a esos niños en una escuela, dicen que iba vestido de negro como un soldado de un grupo de elite. ¿Qué hubiera sucedido si no tuviese acceso a estas cosas?, quizás con los años jamás habría pasado de un insulto a quién lo ofende. El sostener un arma le dio el valor que su propia personalidad no le brindó.
Y: Entonces estamos de acuerdo en que se debería prohibir la venta de armas de fuego en estos países pero sabemos que será casi imposible, hay escepticismo en la prensa. Los lobbies políticos, el poder económico que representa estas industrias, etc. no es sencillo eliminar algo del que depende mucha gente y sobre todo del que dependen los dueños de estas industrias. Algo como lo que sucede con el calentamiento global, donde no se les puede obligar suprimir el uso de contaminantes de la capa de ozono ya que paralizarían la industria.
X: El problema es complejo. La violencia es parte de nuestra vida, y no sólo creada por los gobernantes donde la idea del miedo es el pilar fundamental para que la industria de las armas de fuego se sostenga, sino que la vida misma nos da ese panorama. Ahora, lo que hace esta industria es creer que la respuesta a la violencia es más violencia. Es como si te dijeran que si alguien te hace una herida hazle una también en vez de curártela. Y claro, no te lo dicen que se la hagas a puño limpio, sino que el mercado te ofrece en bandeja un arma para hacerlo. Una sociedad que libera la venta de armas es una sociedad que está a favor del asesinato, que no cree en sus propias instituciones, en su propia forma de hacer justicia. Se considera débil al intentar controlar a sus ciudadanos así que lo deja en tus manos.
Y: Entonces la alternativa es impedir la venta de armas.
X: A eso iba, es algo que una ley no solucionará porque la presión de la clase dirigente impedirá algo así debido a que es su medio de vida. Intentando la empatía podemos asemejarlo con el caso de los veganos, si bien todos somos conscientes que los animales dan su vida para poder alimentarnos y en ese proceso muchos de estos sufren, no podemos dejar de comerlos porque la sociedad no te da la posibilidad de escoger. Las cadenas de tienda como restaurantes que encuentras en cada esquina ofrecen carne, entonces, ¿qué se puede hacer?
Y: Pero cada uno puede hacer un esfuerzo por lograr ese cambio, me preparo una ensalada pues.
X: Es que eso se haría si es una elección propia, la de no consumir carne, pero cuando es algo que no parte de ti mismo sino de lo que la sociedad te obliga moralmente, lo hace a escondidas. Uno se dice así mismo que está bien, entonces para qué cambiar.
Y: Es ahí donde debe entrar la carga moral, buscar la manera de frenar ese sentimiento de que todo está bien. Cuando en un momento se pretendió cohibir a la gente de consumir drogas, en sus anuncios advertían de lo mal que te hace, que puedes morir, que te llevará a la miseria y a la delincuencia; sin embargo al mirar hacia el costado parecía que muchos estaban bien (los medios muestran eso) entonces los emisores de esos mensaje contrarios al consumo perdían credibilidad e indirectamente estaban haciéndole un favor a la drogas.
X: Y eso que no hay campañas contra el uso de armas y si las hay, no se hacen sentir. El cambio debe ser progresivo y propio de la misma naturaleza del mercado, como subir los impuestos, hacer muy costoso adquirirlas como se hace con el tabaco. El uso de estas tecnologías para hacer daño se han incrementado, el control de quienes las adquieren también puede ser una opción.
Y: Entonces la idea es estar informado…
X: En todo problema la solución es informarse, educarse pero la haraganería nos hace buscar lo más fácil, lo vendible. Atrae más esas temáticas de matar al que nos jode o bailar lo que todos bailan, son simples espasmos de vida que ni siquiera los asimilamos ni comprendemos. La vida, para la mayoría, es un cúmulo de actos casi instintivos y lo peor es que nos hemos acostumbrado a vivir así. Les hemos construido un valor, un mérito, una justificación a lo banal. La razón de esta masacre contra niños es producto del espectáculo que uno mismo protagoniza, somos los actores de nuestra propia película y que la sociedad le da todo para que esa fantasía enfermiza se materialice -léase armas, cine y la capacidad de sobrevivir en este mundo siendo un haragán intelectual- en ese momento ese muchacho sintió que todo tenía sentido porque para otros (en ese mundo espectacular) también lo tenía. Pero creo que hay algo de sensatez al final, como cuando salimos de la sala de cine, pues ahí termina todo, el joven al cometer la masacre sabía que después de realizarla no quedaba nada, que su función había terminado y que ese personaje creado no tenía un lugar en el mundo real pues ahí sería satanizado, abominado, por eso opto por el suicidio. Podríamos aventurarnos que esto de la guerra tiene algo de ese tufillo espectacular pero institucionalizado, le haces creer al soldado que matar por un país es extraordinario pero eso termina una vez que lo haces, luego queda el despojo de un ser humano que vive con la culpa hasta la muerte. Una locura disfrazada de ideal, de propósitos.
Y: Se ha abierto el manicomio, la misma sociedad ha dejado las puertas abiertas.
X: Peor aún, la fantasía está invadiendo la realidad.